Entrevista para FACBA21

Equipo Comisarial FACBA21
Marisa Mancilla Abril
Regina Pérez Castillo
Rosario Velasco Aranda
Texto de Catálogo. Loco que decías/ nunca más/ rápido/ repítelo. 2021
Shown at Sala Taller, Palacio de los Condes de Gabia, Granada

Detonantes: El mutágeno es un agente de cambio que provoca la mutación. ¿Qué posibles mutágenos han participado en tu proceso creativo?

C.C.:     Yo soy pintor, lo que pasa es que no pinto mucho. Últimamente me ha estado pesando demasiado todo eso de la técnica, el objeto artístico, etc. Supongo que pensé que es más interesante dar un paseo por ahí. Empecé a grabar vídeos, a escribir, y a dibujar lo justo, a intentar ver las cosas en sí mismas: el arte funciona desde lo simbólico, pero una vez escuché a Lawrence Weiner en un vídeo decir «no hay metáfora», eso fue un agente de cambio.

 

¿Qué metodología de trabajo has seguido para desarrollar tu proyecto?

C.C.:     Partí de una serie de pensamientos y opiniones más o menos lógicas, pero una vez propuestos he querido desmarcarme todo lo posible de esa racionalidad. He intentado reflexionar estéticamente desde actitudes o acciones no-artísticas, quisiera poder producir obra con lo que habría hecho un día normal a los 6 años. La mayoría de los trabajos iban a ser solo ensayos, pruebas, he intentado alejarme de la búsqueda de un resultado concreto para centrarme en lo que la acción/situación puede decir por sí misma y cómo esta es pensada o percibida desde una forma de entender el mundo determinada. Entiendo además que he desarrollado una investigación aplicada, creo que las estrategias artísticas que propongo suponen un modelo utópico/poético extrapolable a la propia vivencia individual del espectador.

 

Entendemos que los referentes en torno al proceso de creación artística son variados, discontinuos, holísticos… ¿podrías generar una constelación con tus referentes?

C.C.:     El proyecto surge a partir de la película Los Idiotas, de Lars Von Trier, la idea de buscar el idiota interior me hizo pensar en la verdad subjetiva de Kierkegaard, pero también en Los detectives salvajes de Bolaño, esos poetas tienen una voluntad un poco romántica, puede que ridícula, no paran de buscar y buscar. ¿Para qué buscan tanto? Luego lo encuentran y es aún peor. El título del proyecto es un poema de Samuel Beckett, me ha influido bastante, también el cine de Tarkovski. Pienso mucho en Javier Egea, en Oteiza cuando escribe, en Bartleby cuando no escribe. Se me ocurren otros nombres: Francis Alÿs, Hito Steyerl, Yoko Ono, Bas Jan Ader, Tehching Hsie, Joseph Beuys. En el fondo mi principal referente, como a todos nos pasa imagino, es mi propia cotidianeidad, pensar si tengo que comprar un estropajo nuevo, cosas así.

 

¿Cuáles han sido los resultados obtenidos en tu investigación?

C.C.:     Empecé queriendo comprobar qué tipo de posturas estratégicas pueden desarrollarse desde la práctica artística ante la imposibilidad de encontrar el idiota interior; partía de la idea de que ese núcleo duro es inaccesible, también de la certeza de que todos somos idiotas. Dicen que hay que tener cuidado con lo que se desea porque quizás se cumpla: planteé en un principio esa idea de lo idiota como algo positivo, a ratos me parece que lo he encontrado y resulta que no es tan bueno. Todo esto me está llevando por caminos próximos al pensamiento Zen y a la mística, esta conclusión imagino que choca un poco con la idea de investigación. El proyecto ha generado conclusiones concretas pero no totalmente determinadas por mi postura personal, o eso he intentado; los resultado son, como cabría esperar, las propias obras, de las que aún creo que puedo seguir tirando del hilo.

 

¿Podrías identificar aquellas ideas que no han prosperado en tu proyecto, descartes, elementos inútiles, errores, etc?

C.C.:     Se me ocurre el meme ese que dice «No lo estás haciendo mal si nadie sabe lo que estás haciendo».  Pienso que en el proceso artístico todo se aprovecha, así que imagino que los trabajos desechados en esta ocasión volverán sin querer a mí en cualquier momento. Lo que no funciona en un proceso artístico, o en la vida en general, es pensar las cosas más de la cuenta, hay que tener mucho cuidado con esas cosas, es mejor ponerse y a ver qué pasa, dejar que los pensamientos pasen, no sobreanalizar, la aceptación, todo eso.